Por favor comunicarse con Teresita (562) 860-3637 entre 1:00 pm – 4:00 pm.
Llame a la oficina de lunes a viernes, por lo menos seis meses antes de la fecha. Les recomendamos a todos las parejas que están viviendo juntos, que vengan y pregunten acerca de poder casarse por la Iglesia.
En el matrimonio cristiano, los cónyuges siguen el ejemplo del amor y la autodonación de Cristo. Al darse cuenta a sí mismos y servir el uno al otro, a su familia y a su comunidad, se ayudan a vivir el llamado de Cristo al discipulado, el amor y el servicio. El matrimonio proporciona una base para una familia comprometida con la comunidad, la solidaridad y la misión de Jesús en el mundo.
El amor mutuo de los cónyuges refleja el propio amor de Dios por la humanidad (Catecismo de la Iglesia Católica [CIC], no. 1604). En las Escrituras, la “comunión de amor” de Dios con su pueblo se ve en el pacto que forma con ellos, así como en el autoofrecimiento de Jesús en la cruz. El pacto de amor en que los cónyuges entran en el matrimonio refleja el amor de Cristo por la Iglesia y su autodonación en nombre de la humanidad (Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia [Compendio], no. 219).
Durante el rito del matrimonio, la pareja intercambia anillos como signo de amor y fidelidad en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Como los miembros de la Trinidad, la pareja unida también se convierte en una “comunidad de personas.” Así como el Padre, el Hijo y el Espíritu están unidos en “relacionalidad pura,” mutuo amor y autodonación (Caritas in Veritate [La caridad en la verdad], no. 54), los cónyuges cristianos están llamados a dar de sí mismos el uno al otro (Familiaris Consortio [Sobre la familia], no. 19).